La bandera de un partido político gobernante solo mantendra vivos sus colores mientras lleve pan a la mesa del pueblo.
A la mayoría de los países latinoamericanos ya no les importa quien llegue al poder, si este es un hijo de perra, un mal nacido, un loco o un pendejo prepotente salido de la nada.
Estan mas interesados en la ayuda que puedan brindarles para salir de los charcos de la miseria.
En naciones pobres como algunas de Centro y Sur America, la espera de un buen gobernante es como
esperar al mesías o la segunda venida de Cristo ¡nadie sabe!
Mientras tanto viviran de rrodillas suplicando que cumplan algunas de las promesas que les hicieran cuando necesitaban el voto, presentando un plan de gobierno que los incluía. Estos mentiras planteados durante las campañas políticas, terminan despues de ganada la silla, en los archivos que torturan el mármol de las casas presidenciales.
El analfabetismo sigue sin combatirse y la pobreza obliga al surgimiento de comerciantes espontaneos en la merca ambulante de las grandes ciudades y a quienes consideran culpables del desorden urbano.
La otra , es la delincuencia, para algunos la única manera de sobrevivir en una jungla donde las uvas y los gajos de las mejores frutas se los roba el que gobierna al país.
Esto ha creado los grandes problemas sociales y políticos dificil de controlar por la dimensión que han alcanzado.
Los que buscan la presidencia buscan el dinero del pueblo, ese es el concepto que la mayoria tiene de los que gobiernan. ¿Quien cree en las palabras de un presidente? muy pocos sin duda.
El pueblo les ha perdido el respeto y confianza, y ya no les ve como una persona confiable, pues consideran a los partidos que gobiernan como una sociedad de cómplices que muerden al mismo tiempo el botín que ganaron al ser elegidos.
Para muchos no les es dificil cambiar de colores si al frente existe una canasta con monedas de plata que los orille a la historica traición de Judas, como pasa con los desertores de partidos en decadencia, que al sentir el hundimiento del barco corren como ratas buscando refugio en las riveras de los que han ganado la piñata.
Está de moda que en eleciones, los candidatos visiten las comunidades mas pobres para comprar sus voluntades con miserias que solo mitigan el hambre por un momento.
En Estados Unidos y en muchos países latinos, la gente no estaba inclinada a sus actuales presidentes, pero si, estaban artos de la ineficiencia de los gobiernos salientes, que por años los mantuvo arrimados a los precipicios de la mas extrema pobreza.
Ante estas situaciones la gente seguira siendo como el camaleón, cambiando de colores por conveniencias económicas y por hambre.
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