viernes, 23 de noviembre de 2012

UNA CRUZ PARA MIS PUTAS (NOVELA DE ROMEO MOLINA)


La Madrugada era fría y la estancia  una nevera con dolores reciclados y sentimientos acumulados. Había una mezcla de incertidumbres.  Nacía un niño,   entre las sombras que arrastraban las horas. Truenos  y relámpagos  ametrallaban con  aguaceros  el tejado  de las casas. El cielo se orinaba sobre los pobres con repugnancia. Kony, estaba sola, abandonada a su suerte, desprotegida y sin abrigo.  Se quejaba de los  dolores de parto. Marta, una vieja partera y pariente lejana, escuchó sus lamentos  y corrió bajo  la tormenta en su ayuda.
_Se llegó la hora, tengo que sacarte el cipote.
El hospital estaba lejos de la hacienda Santa Rita, moriría en el camino. La  primeriza no tenía a nadie  y  quería a su lado al hijo de puta que le robó la inocencia con mentiras, lo buscaba con sus ojos inundados de llanto,   lo llamaba con la voz quebrándose en el frío.
_¿Donde está Lucas? ¿Dónde está el padre de mi niño?
_Él se marchó mija, no vendrá más por estos lados.
_Vendrá Marta, no me abandonará, yo soy su mujer.
_Ya mija, no sufra por ese desgraciado,  es un cobarde, un hijo de  puta.
_No lo digas, vendrá, tiene que ver a su hijo.
Kony tenía un reflejo de espanto en la mirada,  sus  catorce años  eran muy pocos para ser madre ¿Cómo iba  a criar un hijo sola? aún la miraban las muñecas desde el rincón de  las sábanas, esas que se hicieron a un lado para que Lucas la hiciera su mujer. De sus ojos ausentes se descolgaba una  mirada triste buscando   un amparo.

Continuaba lloviendo a ríos y su llanto era un eco moribundo en la distancia. Al amanecer, la primeriza madre amarraba sus soledades y desamarraba  la esperanza de ver a su hombre aparecerse. Marta la miró con lastima,  mientras sembraba sus escupidas en el umbral de la puerta.
_Ya no lo espere mija,  que  no vendrá _Le dijo secamente.
_¿Porque me ha dejado? He parido a su hijo.
_Ya se lo dije, es un maldito sin corazón.

Nadie más estuvo presente, nadie levantó sus manos para ayudarle a detener el mundo que se le venía encima. La joven mujer, la casi niña,  enterró aquello en lo que había creído, sepultó sus sentimientos y levantó una cruz de destierro en su corazón.  Dos meses la encerraron las depresiones, no salía de su cama y en su almohada había hecho un hueco para esconder  el llanto.

 NO SE PIERDAN LA PRESENTACIÓN ESTE 8 DE DICIEMBRE A LAS 8 DE LA NOCHE EN EL PARCITO....